El Sistema Endocanabinoide, ese gran desconocido
¿Sabías que todos los seres humanos, es más, todos los mamíferos vertebrados generamos nuestros propios cannabinoides?
Pues sí, así es desde hace millones de años, aunque el sistema que los regula, el sistema endocanabinoide (SEC) no se descubrió hasta décadas atrás.
El SEC es una red biológica esencial, similar al sistema nervioso central y vital para el funcionamiento del organismo, ya que es el sistema encargado de la regulación del mismo.
Nuestro organismo produce sus propios cannabinoides, los endocannabinoides, para asegurarse que se mantengan la homeostasis, nombre que recibe el equilibrio del cuerpo. Al participar en ella, el sistema endocannabinoide influye en distintos procesos como el apetito, el estado de ánimo, la sensación de dolor o las funciones cardiovasculares. Si el ECS se desequilibra, puede provocar cambios de humor, dolor, ansiedad, depresión o incluso un sistema inmunológico debilitado.
Los receptores tipo CB1, al ubicarse en el sistema nervioso central, afectan a las funciones cognitivas, la memoria, al control motor, las percepciones sensoriales y viscerales, así como al dolor. Los receptores tipo CB2, al ubicarse en el sistema nervioso periférico, afectan principalmente al control del dolor neuropático y al control de las funciones inmunológicas.
El CBD impulsa de una manera indirecta el funcionamiento del ECS, ayudando a restablecer el equilibrio en nuestro cuerpo. Trabajan con el sistema endocannabinoide de forma natural, ya que tienen la capacidad de inhibir la enzima encargada de su descomposición, potenciando así los efectos de los endocannabinoides de nuestro cuerpo. Al introducir CBD en él, éste interactúa con los dos principales receptores: el CB1 y el CB2.
Cuando enlaza con ellos, los activa, y a partir de ahí todo el sistema endocannabinoide se pone en marcha y actúa donde es necesario.
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